“la falta de mundanidad, la separación de la realidad, hace de nuestra educación y nuestra escuela dos entidades artificiales e inertes. Las concepciones generales sobre el aprendizaje, la trabazón del currículo, el tejido interno de los programas y el mercantilismo de nuestros libros de texto, conforman una negativa coherencia muy difícil de romper. Por esta razón el lenguaje transmitido por la escuela, químicamente puro, asépticamente neutro, mortalmente libresco, no recoge trazos del mundo y se convierte en una materia más, aburrida como todas, privada de sentido, falta de calidez. Las consecuencias están a la vista, el olímpico desprecio por la expresión correcta, la ausencia total de fantasía, el vocabulario primitivo y rastrero, la incapacidad de representación de los sentimientos mas elementales” tomado del método social de Paulo Freire Para los educadores que quieren niños desarrollándose con todo el potencial de sus capacidades, para los que nos negamos a una educación bancar...