Después de algún tiempo sin publicar entradas, elegí esta reflexión que resume una situación que nos ocurre a muchos de nosotros, los que tratamos de hacer las cosas bien, de llegar a alcanzar nuestras metas sin pisotear a nadie…
Los que apostamos a creer en el ser humano, que queremos creer en la construcción de una nueva sociedad donde tu mano me levante cuando me tropiece y no sea tu pie que me patee y me haga rodar por el barranco de la mezquindad…
Quizás equivocamos caminos para llegar a nuestras metas ¿pero quien en esta vida no se ha equivocado? Eso es parte de ser humano, me permite crecer y aprender, pero sobre todo entender cuando alguien tiene mas o menos capacidad de resolver que yo.
Siempre le he pedido a Dios que no permita que yo atropelle a nadie en mis búsquedas, en mi necesidad de crecer, conocer, aprender y surgir, pido me permita ser un acompañante que camine al lado de quien requiera de lo adquirido en mi recorrido y me permita nutrirme con sus importantísimos conocimientos por sencillos que estos parezcan…
Hasta quien nos hace daño y nos traiciona nos deja una lección, yo voy a continuar mi camino de mil vertientes…tratando de llenarme de aprendizaje cada vez que tome alguno equivocado…tratando de vestirme de perdón ante quien ataque mis imprecisiones y sosteniéndome fuerte de la mano amiga que me levante de mis caídas…
ELENA LISETT PEREIRA CORDERO
VOY A SEGUIR CREYENDO
Voy a seguir creyendo, aún cuando la gente pierda la esperanza.
Voy a seguir dando Amor, aunque otros siembren odio.
Voy a seguir construyendo, aún cuando otros destruyan.
Voy a seguir hablando de Paz, aún en medio de una guerra.
Voy a seguir iluminando, aún en medio de la oscuridad. Y seguiré sembrando, aunque otros pisen la cosecha.
Y seguiré gritando, aún cuando otros callen. Y dibujaré sonrisas, en rostros con lágrimas. Y transmitiré alivio, cuando vea dolor.
Y regalaré motivos de alegría donde sólo haya tristezas. Invitaré a caminar al que decidió quedarse. Y levantaré los brazos a los que se han rendido.
Porque en medio de la desolación, siempre habrá un niño que nos mirará esperanzado, esperando algo de nosotros. Y aún en medio de una tormenta, por algún lado saldrá el Sol; y en medio del desierto, crecerá una planta. Siempre habrá un pájaro que nos cante, un niño que nos sonría y mariposas que nos brinden su belleza.
Pero si algún día ves que ya no sigo, no sonrío o callo, acércate y dame un beso, un abrazo o regálame una sonrisa; con eso será suficiente. Seguramente, me habrá pasado que la vida me abofeteó y me sorprendió por un segundo. ¡Ese gesto hará que vuelva a seguir mi camino! ¡Nunca lo olvides!
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